martes, 24 de diciembre de 2013

Ma

Matriz,
curva de mi esencia,
brazos de mi seguridad.

No cedas el paso
ni la fuerza,
que las almas no están hechas
ni de barro ni de tiento,
y lo eterno
no puede claudicar.

Mami, mamá,
cualquier llamado de niño
o de joven o de adulto,
que las orejas te pare,
que las manos te ablande y para siempre
como siempre, madre,
te llame a mi yantar.

Que si nunca sufro o si nunca pienso,
si nunca lloro o si nunca miento,
lo que nunca
como nadie
salgo de tu vientre,
el rincón más cálido, más mío,
férrea burbuja. Mi hogar.

Para siempre tus arrullos,
ora canto ora sonrisas,
serán tan vos, tan amor.

Tan vos, mamá.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario