viernes, 6 de septiembre de 2013

Rotos

El deseo y el amor
callados son otra cosa:
forma rota del silencio,
tienen bordes irregulares,
caprichosos e impredecibles.
Su filo raya la piel
y mezcla nuestras sangres
en una confusión ineludible
de muerte conjunta y unión eterna.

Somos un coágulo.
El amor de cuajo, inseparable,
de ADN mutuo.
La partícula inabarcable de humanidad
que codifica todo deseo,
lo que hago, lo que digo,
lo que callamos, 
las cicatrices de las rayas del amor
y ese suspiro tuyo que corona la carnicería.

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